sábado, 16 de junio de 2012

4. Control de la privacidad y protección de datos.

Podemos definir el término privacidad aplicado al ámbito de las telecomunicaciones e Internet como el derecho a mantener en secreto nuestros datos personales y nuestras comunicaciones así como a saber quiénes pueden acceder a ellos.

Aunque muchos piensan que se puede navegar en la red como un usuario anónimo, esto no es realmente así. Los proveedores de acceso a Internet o las autoridades pueden rastrear y averiguar qué páginas hemos visitado, qué archivos hemos descargado o con quién hemos estado hablando. 

Existen algunas asociaciones que son partidarias de un mayor control de la red para la protección de datos. Esta posibilidad abre el debate en torno a los derechos constitucionales relacionados con el derecho a la intimidad y los límites entre lo privado y lo público.

4.1. Navegación por Internet.

Uno de los enemigos de la privacidad en la red es la existencia de cookis,  si bien estos elementos no fueron creados para tal fin. Las cookis son pequeños archivos que se almacenan en nuestro ordenador cuando visitamos páginas web y que guardan información que será utilizada la próxima vez que accedemos a esa página.

El problemas es que estas cookis también pueden ser usadas de forma maliciosa para conseguir información sobre los hábitos de navegación del usuario. Si una agencia de publicidad tiene anuncios en laguna página en la que entremos e instala cookis en nuestro ordenador, podrá conocer las web que visitamos y nuestras preferencias, información que será utilizada para enviarnos publicidad personalizada.

4.2. Banca electrónica.

En el caso de la banca electrónica los principales mecanismos de protección de datos son el cifrado de datos y el uso de más de una clave de seguridad para acceder a nuestra cuenta. En algunos casos es necesario e imprescindible solicitar al banco la activación de las transferencias a través de la red.

Como ya hemos comentado, el protocolo que se usa para navegar por Internet es HTTP, mediante el que se envían todos los datos en forma de texto. Esto implica que la información que se transfiere puede ser leída por cualquiera de los ordenadores intermedios y ser usada con fines lucrativos. Por esta razón, no resulta conveniente el uso del protocolo HTTP para la consulta de nuestros datos bancarios.

Para enviar esto existe el protocolo HTTPS o HTTP seguro que permite codificar la información que enviamos a través de unas funciones matemáticas complejas conocidas por el navegador y el servicio remoto.

4.3. Problemas de seguridad y privacidad.

Los programas espía o spyware están destinados a recabar información sobre el usuario sin su consentimiento. De manera, personas ajenas pueden llegar a conseguir nuestra contraseña de correo electrónico, nuestros datos bancarios o acceder a la información almacenada en nuestro alrededor. Estos programas pueden entrar en nuestro equipo a través de un virus, correo electrónico o incluidos dentro de algunos archivos que descargamos de la red. Los síntomas principales de que nuestro ordenador ha sido infectado por un virus o está sometido a vigilancia son: ralentización en la navegación, cambio de la página de inicio, visualización de ventanas emergentes de publicidad cada cierto tiempo y problemas para acceder al correo o mensajería instantánea.

Otro de los fraudes que se producen en Internet es el dominio phising, que consiste en adquirir información sobre un usuario de forma fraudulenta. Para ellos el phiser o estafador se hace pasar por una persona o entidad de nuestra confianza para solicitarnos alguno de nuestros datos vía de correo electrónico, mensajería instantánea o teléfono.

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